La autoestima en los niños es un aspecto que suele llamar la atención de los padres en estos días. Esta es definida como la valoración personal atribuida al individuo sin importar su edad. La autoestima se va construyendo desde la infancia y es determinada por las relaciones que cada uno tiene con las personas de su entorno.
Buscamos formar relaciones largas y duraderas con la familia, con el fin de generar una relación de confianza que nos permita acompañar al niño en cada etapa de su desarrollo. A continuación compartimos puntos claves para que nuestros hijos sean más seguros de sí mismo:
1. Darnos el tiempo de conocer a nuestros hijos en su individualidad:
Esto implica no solo aceptarlos incondicionalmente, destacando sus cualidades y estando orgullosos por sus logros, sino también aceptando las dificultades que podrían tener y ayudando a que sean mejor versión de sí mismo.
2. Alentarlo a trazar metas y buscar soluciones para lograrlo:
Cuando un pequeño sobresale en alguna actividad o situación, tendemos a darle alabanzas en lugar de alentarlo. Hay mucha diferencia en decir «eres un trome, me encanta lo que hiciste», a «tu esfuerzo haciendo X, Y o Z dio un gran resultado, estoy muy feliz por ti». De esto modo, no sólo reciben un «muy bien», sino que pueden reconocer e interiorizar por qué acción en concreto se les felicita y será más probable que la repitan en el futuro.
3. Tratarlo desde una disciplina con amor:
Muchos adultos buscan «ganarle» a los niños en vez de «ganárselos», usando métodos autoritarios y punitivos, devaluando su autoestima, volviendo a los pequeños rebeldes o ciegamente sumisos. «Ganarse» a los niños significa lograr su cooperación y educarlos para que adquieran responsabilidad, autodisciplina, resolución de conflictos e interés social.
4. Hacerlos sentir integrantes importantes del grupo:
Si bien el contexto familiar es la primera experiencia de grupo que tiene un pequeño, es imprescindible alentarlo a compartir momentos con sus pares, donde podrá desarrollar poco a poco sus habilidades sociales, descubrirá su individualidad y se sentirá apreciado por ello, por consiguiente, mejorando sus autoestima.
5. Ser ejemplo de resilencia y buena actitud:
Es parte del ser humano, equivocarnos y fracasar en algunos momentos de nuestra vida. El tener obstáculos en el camino o dificultades para alcanzar algo que quieren, no es algo ajeno a la vida de los niños. En estos momentos es importante lo que ellos han prendido de nosotros, los adultos significativos que los rodean, sobre todo en cómo reaccionan a las adversidades.
