Existen diferencias anatómicas y fisiológicas entre hombres y mujeres. Una de estas diferencias es que la mujer tiene caderas más amplias y mamas desarrolladas. Estas características tienen una finalidad: las pelvis amplias permitirán el nacimiento de un niño y las mamas le proveerán el elíxir de vida; la inigualable leche materna.
Partiendo de este principio, la mujer está anatómica, fisiológicamente y emocionalmente diseñada por alguien superior, para tener parto normal, por vía vaginal y luego inmediatamente dar de mamar. Desde la aparición de la mujer en la tierra, se adoptó para parir la posición erguida o vertical por ser ésta instintiva y fisiológica. Esta posición en la actualidad está retomando vigencia por los beneficios naturales, como presentar un parto más rápido, más cómodo, participativo y menos doloroso que en la posición recostada (posición mal llamada “tradicional”).
Existen algunas situaciones que pueden dificultar un parto normal. Por tal motivo, para evitar someter a riesgo a la madre, al bebé o a ambos, debe terminarse el embarazo por vía “alta”; es decir, mediante una operación cesárea.
La cesárea es el parto de un feto a través de incisiones de la pared abdominal (laparotomía) y de la pared uterina (histerotomía). La decisión de esta forma de terminar el embarazo dependerá de varios factores; en algunas ocasiones la decisión se toma antes del trabajo de parto en forma programada (indicación que conocemos como cesárea electiva) o durante el parto (que conocemos como cesárea de urgencia o emergencia).
– Cesárea electiva: puede ser indicada por complicaciones en la madre, el feto o ambos; como las siguientes: antecedente de cirugías uterinas previas (miomectomía, dos cesáreas previas), placenta sobre el orificio de salida (placenta previa), tumor uterino o anexial que obstruye la salida del feto, mala presentación fetal (podálico, transverso, de cara), incompatibilidad entre la pelvis materna y el tamaño del feto (macrosomía fetal, estrechez pélvica), gestaciones múltiples, coexistencia de enfermedad materna que contraindique el esfuerzo (insuficiencia cardiaca moderada o grave, tumor cerebral, cirugía cerebral, desprendimiento de retina), algunas malformaciones fetales, infecciones vaginales por enfermedades virales (como el de la inmunodeficiencia humana o VIH), herpes activo o verrugas (condilomas), o infecciones que puedan transmitirse al feto a su paso por el canal del parto.
Se recomienda que la cesárea electiva se realice después de las 38 semanas.
– Cesárea de urgencia/emergencia: las causas más frecuentes son sufrimiento fetal agudo, desprendimiento prematuro de placenta normalmente inserta (si se desprende lo suficiente pone en riesgo la vida del la madre y del feto), pre eclampsia severa o eclampsia (por riesgo de convulsiones o coma), prolapso de cordón umbilical, ruptura uterina, trabajo de parto que no progresa, entre otras.
Existe la creencia de que el parto por cesárea es menos traumático para el bebé. Esto solo es cierto si el parto vaginal se presenta dificultoso o de riesgo. Las complicaciones de las cesáreas son entre 6 y 10 veces más frecuentes que los partos vaginales (que pueden tener hemorragias, infecciones, hematomas, re-operaciones, transfusión sanguínea, etc). No olvidemos que las naturales, debido a las largas horas de labor de parto, el estrés de las contracciones uterinas y el pasaje por el canal vaginal, permiten los fenómenos de adaptación del bebé para enfrentarse a la siguiente etapa de vida. Por tanto, resulta beneficioso para el bebé. En la actualidad, la operación cesárea se ha transformado en una epidemia: se ha incrementado en los hospitales y especialmente en las clínicas, haciendo el parto más costoso.
Es importante que su médico tratante la informe de los beneficios y riesgos de la intervención cesárea y la indicación precisa de la misma. Finalmente, su aceptación debe ser debidamente descrita en un documento llamado consentimiento informado.
Artículo realizado por el ginécologo – obstetra Dr. Jorge R. Calderón Cornejo. . Número de contacto: 999008710. Correo electrónico: jorgecalderon1804@yahoo.com. Clínica San Pablo: av. El Polo, Surco (Telf. 6103333 – anexo 1140-1141)