El yodo es un elemento necesario para la producción de la hormona tiroidea. El cuerpo humano no produce yodo, de ahí que es un elemento esencial en la dieta.
El yodo se encuentra en varios alimentos, como la sal de mesa yodada, pescados de agua salada, algas marinas, mariscos, leche de soya, salsa de soya, yogurt, leche de vaca, queso, pan, huevos y multivitaminas que contienen yodo.
Si no hay suficiente yodo en el cuerpo, no se podrá producir suficiente cantidad de hormona tiroidea; por tanto, la deficiencia de yodo puede producir crecimiento de la glándula tiroides (Bocio) e hipotiroidismo, así como retardo mental en los infantes y niños cuyas madres tuvieron deficiencia de yodo durante el embarazo. La causa más importante de bocio endémico y de cretinismo es la deficiencia dietética de yodo.
La deficiencia de yodo es particularmente importante en las mujeres embarazadas o en las que están dando lactancia materna. Una deficiencia grave de yodo en la gestante se ha asociado con abortos espontáneos, óbitos fetales (nacimiento de niños muertos), parto prematuro y anomalías congénitas en los bebés. Los hijos de madres con insuficiencia grave de yodo durante el embarazo pueden tener retardo mental, problemas de crecimiento y alteraciones de la audición y del habla. Estudios realizados en los Estados Unidos han demostrado que aun la deficiencia leve de yodo durante el embarazo, puede asociarse con déficit de la inteligencia en los niños.
El cretinismo endémico, que incluye sordomudez y retardo mental, empieza en la infancia. La carencia de yodo en una mujer durante el embarazo puede llevar al nacimiento de un niño cretino. El bebé puede parecer normal al nacer, pero luego crece y se desarrolla con lentitud, es de tamaño pequeño, débil mental, lento en el aprendizaje y presenta, en general, retardo en su desarrollo. Además, muchos de estos niños son sordomudos. A medida que el niño crece puede tener la apariencia típica de un cretino: piel gruesa, nariz aplastada, lengua larga y saliente, y estrabismo (sus ojos miran en direcciones distintas, ojos cruzados o bizcos). A los dos años de edad, el niño aún no puede caminar sin ayuda, y a los tres años puede no estar capacitado para hablar o entender órdenes sencillas.
El cretinismo se manifiesta de dos formas: neurológica e hipotiroidea. Sin embargo, muchos cretinos tienen manifestaciones de ambas. Las características de la forma neurológica incluyen: déficit mental, incapacidad para caminar o lo hacen arrastrando los pies; dificultad para controlar movimientos exactos de las manos y pies (espasticidad); y, algunas veces, tiroides agrandada. Los signos de hipotiroidismo pueden ser o no aparentes.
Por lo contrario, el cretino hipotiroideo -por definición- tiene niveles bajos de hormona tiroidea. El niño presenta pulso lento, cara abotagada y piel gruesa. El crecimiento físico, edad ósea y desarrollo mental son muy retardados. En gran parte de Asia y América Latina (y antes en Europa) predominaba el cretinismo neurológico, mientras que en Zaire oriental es más frecuente la forma mixedematosa. No es definitivo si esta enfermedad se asocia con el consumo de yuca.
En ambas formas de cretinismo, el daño neurológico, el retardo mental y el enanismo, son irreversibles aun con tratamiento. Se puede detener el empeoramiento de la situación, pero no el daño permanente que se ocasionó durante el embarazo. De ahí que es obligatorio enfatizar la importancia de la prevención y, por consiguiente, evitar la carencia de yodo en las mujeres de edad fértil.
En ciertos grupos de la población una consecuencia de la falta de yodo, quizá más importante que el bocio endémico o el cretinismo franco, es la dificultad de muchos individuos en lograr un crecimiento óptimo, tanto físico y mental, aun sin tener las características habituales del cretinismo. En algunas personas la función neurológica también puede ser anormal. Es también evidente que la carencia de yodo en los niños dificulta el desarrollo de la potencialidad intelectual, incluso en los que no son cretinos o con retardo mental grave. También se puede ver afectado el rendimiento escolar.
La carencia de yodo en una región puede ocasionar efectos adversos en los animales domésticos, así como en los seres humanos. El ganado, las cabras y las aves con carencia de yodo, pueden presentar retraso en el crecimiento y baja fertilidad.
¿Cómo se diagnostica la deficiencia de yodo?
La deficiencia de yodo se diagnostica en poblaciones y no específicamente a nivel individual. Como el yodo se elimina del cuerpo a través de la orina, la mejor manera de determinar la existencia de deficiencia de yodo en una población es medir la cantidad de yodo en muestras de orina. La deficiencia de yodo se define como una concentración media de yodo en la orina por debajo de 50 los microgramos por litro (mcg/L)
¿Cómo se trata la deficiencia de yodo?
Cuando se observa deficiencia de yodo en una población grande o entera, la mejor manera de tratar es asegurando que los alimentos comunes de consumo frecuente contengan suficientes niveles de yodo; por ejemplo: una cucharadita de sal yodada contiene aproximadamente 400 mcg de yodo. El Consumo Dietético Recomendado (RDA) de mujeres y hombres adultos es de 150 mcg al día.
Como aún una deficiencia leve durante el embarazo puede tener efectos en el parto y en el feto, todas las mujeres que estén embarazadas y dando de lactar, deberían tomar un multivitamínico que contenga al menos 150 mcg de yodo.
R. Labouisse, cuando era Director Ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en 1978, dijo:
“La carencia de yodo es tan fácil de evitar que es un crimen permitir que un solo niño nazca con incapacidad mental por este motivo”.
Dr. Paul Medina Suárez. Médico, gineco-obstetra. Medical Images-Inppares.